Dada mi experiencia anterior, yo ya me olía que iba a llorar por baldes cuando finalmente viera la segunda parte de Deathly Hallows. Pero una cosa es sospecharlo y muy otra es vivirlo; muy otra es pasar prácticamente toda la película con nudos en garganta, tripas y corazón; muy otra es llegar al día siguiente con los ojos ardidos y sintiendo que
(
Read more... )